miércoles, 3 de febrero de 2010

El ICO no se entera

No hay peor ciego que el que no quiere ver. El Instituto de Crédito Oficial ha dado a conocer a bombo y platillo los datos de su indicador de confianza de los consumidores en enero, que registra su máximo desde agosto pasado. Y lo ha dado a conocer con el triunfalismo a que se nos tiene acostumbrados desde la Administración: “Los españoles dan un voto de confianza a la economía”, reza el titular. Hace gala el ICO de poca prudencia, al manifestarse de esa forma tan sólo un día después de que se haya conocido que el paro creció en un cuarto de millón de personas en lo que llevamos de 2010.

Lo que el ICO y otros observadores empeñados en tratar la crisis como un problema de confianza no quieren entender es que la confianza juega un papel secundario entre nuestros problemas. Lo que ellos interpretan como esperanzador signo de reactivación no es más que un ejemplo, previsiblemente efímero, de ‘tirones’ compulsivos de la demanda, carentes de recorrido. La tasa de ahorro ha crecido en diez puntos porcentuales, del 14 al 24 por ciento, entre el otoño de 2008 y el de 2009. Recurrentemente, quienes disponen de recursos para ahorrar, y ahorran, ven en cualquier signo positivo de la coyuntura la ocasión que llevan meses esperando para volver a gastar. Creía el ciego que veía, y eran las ganas que tenía.

Así, la Administración, no viendo porque no quiere ver, y los consumidores, creyendo que ven lo que desean ver, se engañan mutuamente y encadenan una serie de ‘tirones’ de demanda, que los problemas de fondo terminan por cortar en seco.

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@purgatecon

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