viernes, 31 de diciembre de 2010

10. Carácter no doctrinario de la burguesía global

Una característica destacada de la burguesía global es que su ideología es tremendamente simple, y hasta cierto punto apolítica: apuesta siempre por un capitalismo rentable, lo que significa proteger su dinero (y ganar más) sin importarle ninguna otra consideración moral o política. En realidad, la burguesía financiera global, a través de los mercados, que son su órgano de expresión, no apoya o retira su apoyo a ningún gobierno, programa económico o modelo de sociedad; tanto le daría Estados Unidos como China. Se limita a decir para qué hay dinero y para qué no lo hay, y lo hace en función de un cálculo estrictamente económico. Los mercados apuestan por lo que, verosímilmente, reportará dinero a la burguesía global, y no apuestan por lo que, con igual verosimilitud, le hará perderlo. ¿Y no apuesta por tal o cual orientación política, por esta o aquella reformas estructurales? No, y sostener lo contrario es una mistificación y una manipulación de la opinión pública mundial. La burguesía global subasta su dinero entre las formaciones económico-sociales de todo el mundo. Proporciona dinero a las que, de nuevo verosímilmente, le darán mayor rentabilidad por él. Y desde luego fomenta entre ellas la competencia por obtener sus favores. Pero no hay un modelo económico, por ejemplo, el llamado “neoliberal”, que sea de su preferencia. Irlanda respondía mejor que ningún otro país a ese modelo, y su gobierno creyó que engañaría a los mercados por ello; pero no lo consiguió. La burguesía hizo sus cálculos, con gran realismo, y el veredicto fue negativo. Debería servirles de advertencia a quienes confían en ganarse el favor de los mercados simplemente haciendo políticas de derechas.

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