11. Contradicciones primarias
La pertenencia de cualquier individuo a la burguesía financiera global no es igual en todos los casos. En el caso más general, se trata de individuos que pertenecen a otras multitudes, algunas de las cuales son decididamente agredidas por las directrices de los mercados. Piénsese, por ejemplo, en asalariados irlandeses que tengan sus ahorros invertidos en Bolsa, un caso bastante frecuente entre los mejor pagados. Los mercados, al retirar su apoyo a los planes de austeridad del gobierno irlandés, el otoño pasado, han forzado un ajuste durísimo de la economía irlandesa, del que los asalariados saldrán muy mal parados. Sin saberlo, o acaso intuyéndolo, el participante en las manifestaciones de Dublín está reclamando una cosa en la calle y otra muy distinta votando por Internet con su dinero. Es una contradicción primaria. Esto les ocurre no sólo a los asalariados del sector privado, sino también a funcionarios, a los pensionistas y a los integrantes de muchas otras multitudes que se acercan al casino global. Pero quizá no pueden dejar de hacer esto último. No hay en ello ludopatía, o no sólo, sino también una pasión genuinamente política: la ambición de imponer el criterio propio al de otros.
Etiquetas: capitalismo global
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