Las cuentas del Gran Capitán
¿Por qué me empieza a parecer que el revuelo creado por la propuesta del gobierno de retrasar la edad de jubilación es una cortina de humo? Es verdad que en la decisión puede haber influido la presidencia española de la Unión Europea: cuando varios países empiezan a estudiar el asunto, el presidente Rodríguez Zapatero desea dar ejemplo y mostrar que hace sus deberes. Pero él mismo sabe que los buenos políticos matan dos pájaros de un tiro. El primero es ése, pero ¿cuál es el otro que tiene que llevarse su ración de plomo?
Muchos se preguntan: ¿por qué sacar este tema, cuyos efectos no se notarán hasta 2025 y en todo caso no necesita una decisión antes de 2013, ahora, cuando hay otros problemas más urgentes? Es la adivinanza del color del caballo blanco de Santiago. Lo que la cortina de humo pretende tapar son estos problemas más urgentes, ya casi angustiosos, hasta el extremo de que han forzado al gobierno a pisar el acelerador de su viraje hacia la ortodoxia financiera. La oposición, como está mandado, también mata sus dos pájaros de un tiro. Con la cantinela de que el gobierno carece de rumbo y no para de improvisar y dar bandazos, lo desgasta e induce a la opinión a creer que un golpe de timón es improvisación y falta de política.
Pero no; no hay ninguna improvisación ni falta de política. El gobierno ha dado otra vuelta de tuerca al giro que inició, aún tímidamente, con los presupuestos generales del Estado para 2010. Entonces redujo en un 0,8 por ciento la participación del gasto público en el PIB; ahora, la ha reducido en un 0,5 por ciento adicional, a la que deberá sumarse otro 2,6 por ciento en 2011-2013. Como resultado, el gasto público en ningún momento será ya superior al de 2010 (tras los últimos recortes, sólo un 1 por ciento por encima del de 2009, en términos reales), con lo que la estrategia de recuperación se centra en confiar en que la demanda de consumo y la de exportaciones – ya que la inversión continuará débil durante todo el periodo – tiren del carro, como vulgarmente se dice. Pero, ¿cómo va a haber en 2013 un 5 por ciento más de consumo que en 2008, con un 4 por ciento menos de empleo? So pena de que el gobierno esté pensando en abrir una brecha social tremenda y cuente con el consumo de unos ricos mucho más ricos, eso no se lo puede creer nadie.
Pero al final, ni siquiera esto es lo importante, hoy. Lo importante es que el gobierno ha hablado de gastar ya este año, sobre lo presupuestado hace unos meses, del orden de 5.000 millones de euros menos, cuando el año pasado, por estas fechas, empezaba a gastar 8.000 millones más; a ello se suma la espada de Damocles de la subida del IVA en julio (que no va a ayudar al consumo privado, dicho sea de paso). La reacción natural de muchos contratistas del sector público, y posiblemente la de otros empresarios, será no renovar contratos temporales. El gobierno admite que el empleo caerá todavía un 2 por ciento en 2010.
Pero que se ande con ojo. Porque un 2 por ciento es lo que ha caído ya, sólo en enero.
(Esta entrada sustituye a otra, publicada unas horas antes. Mi amiga Salce Elvira me dio la oportunidad de constatar la disparidad entre algunas de las cifras contenidas en la anterior versión y las contempladas en el Plan de Austeridad aprobado por el gobierno el pasado 29 de enero. Gracias, Salce. Pido disculpas por las molestias).
Etiquetas: macroeconomía
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