miércoles, 16 de marzo de 2011

Horas bajas para el lobby nuclear

La decisión de Angela Merkel de cerrar las centrales nucleares anteriores a 1980, cierre que previsiblemente será definitivo, ha sembrado de inquietud los mercados. El lobby pronuclear está que echa las muelas con la canciller. No comprenden esas buenas gentes que el modelo alemán incluye el postulado de que el público no se equivoca, y más del 70 por 100 de los alemanes aborrecen las nucleares. Notable diferencia con España, donde el gobierno actúa regularmente sobre la suposición de que el pueblo es ignorante y hay que imponerle lo que es bueno, que terminará aceptándolo. Típico del despotismo ilustrado, que las formas democráticas no han conseguido desterrar de estos pagos.

La energía atómica desempeña un papel crucial en los planes de recuperación económica. En España, como he expuesto repetidamente, el coche cien por cien eléctrico es pieza clave en esos planes, a través de un gigantesco plan renove que sustituiría el parque automovilístico actual, basado en el motor de combustión interna y alimentado por combustibles fósiles, por un número equivalente de automóviles eléctricos, con la consiguiente reforma de las infraestructuras anejas, que relanzará la obra pública. También he señalado que el cambio comportará un incremento considerable de la demanda de energía eléctrica, que he cifrado aproximadamente en la producción de quince centrales nucleares de tipo medio más, incremento que difícilmente podrá atender ninguna fuente alternativa de energía eléctrica. ¿Quién se va a atrever a poner en marcha ese plan, con la que está cayendo?

Debo advertir que, a mi juicio, la energía nuclear tiene ventajas e inconvenientes. Es una fuente muy regular – a diferencia de la éolica o la solar – y escasamente contaminante, en términos de Kyoto. En contrapartida, es una fuente cara y llena de riesgos y problemas sin solución; por ejemplo, qué se hace con la basura nuclear. La subida de los precios del petróleo abarata comparativamente la energía nuclear, pero los accidentes subsecuentes al terremoto de Japón han intensificado la percepción de los riesgos.

Lo que parece evidente es que el lobby se está empeñando a fondo en hacer notar que las circunstancias del terremoto y posterior tsunami son del todo improbables en la gran mayoría de los reactores del mundo, y en utilizar todo el prestigio de los organismos especializados, nacionales e internacionales, para convencer a la opinión de que nada sustancial ha cambiado. Me temo que no lo van a conseguir. Los miedos y las aprensiones no tienen un fundamento racional claro, y se alimentan de sensaciones colectivas surgidas de sucesos como éste.

Al plazo que resta hasta las elecciones autonómicas y municipales, sospecho que el PSOE recuperaría un número apreciable de votos si el gobierno decidiera el cierre inmediato de Garoña. Y a verlas venir

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@purgatecon

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