España, en el limbo financiero
España, lo mismo que Irlanda, infló una burbuja inmobiliaria antes de la crisis; junto con Estados Unidos, forman el terceto de la burbuja inmobiliaria en el mundo desarrollado. En EE.UU. la burbuja estalló y arruinó a Bear Sterns, JP Morgan y Lehman Brothers, tres de los cinco mayores bancos del mundo, y el mundo entró en recesión. En Irlanda, la burbuja asimismo estalló y arrastró a sus bancos… y en ésas estamos. Pero ¿y en España? Si la burbuja también aquí estalló, no ha arrastrado a los bancos. ¿Es que los bancos españoles no estaban pillados en la burbuja? Diríase que no, o que su fortaleza es tan extraordinaria que los hace inmunes a cualquier problema de solvencia por ese flanco.
Lo más probable, con todo, es que la burbuja no haya estallado en España; también los mercados lo sospechan. Porque no es lógico que estalle y no arrastre a la banca, digan los stress tests lo que quieran. La burbuja se pinchó en 2008, y se ha ido desinflando, muy poco a poco, sin estallar. Y no ha estallado por el blindaje provisto por la ley hipotecaria, con su régimen de dobles garantías, reales y personales, que permite a los bancos mantener en sus balances créditos incobrables que la entidad reestructura – bajo la presión de los avales – con la esperanza de que vuelvan a ser recuperables. La burbuja inmobiliaria ha sido sustituida por una burbuja hipotecaria, y ésta está blindada por garantías personales. Esto afecta tanto al crédito promotor como a la deuda hipotecaria de las familias. Los stress tests no pueden captar la verdadera dimensión de todo esto.
Y ¿pues qué problema hay, si la situación está blindada? Esa masa de créditos, enviada como quien dice a una suerte de limbo financiero en espera de que los deudores recuperen capacidad de pago, constituye un inmovilizado que se sustrae a la circulación del crédito, y que los bancos tampoco provisionan; y ése es el origen de la falta de crédito a las empresas, malamente suplida por el ICO. La burbuja está blindada, sí; seguramente, no estallará y por tanto tampoco arrastrará a la banca. No nos iremos a pique como Irlanda. Pero mientras no se sanee la podredumbre no podrá arrancar la reactivación económica de España. Pretendemos correr la fórmula 1 con el freno de mano echado.
Etiquetas: crisis, deuda, mercados, sistema bancario
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