lunes, 28 de marzo de 2011

Dimensión financiera del accidente nuclear japonés

Como era previsible, la crisis nuclear de Fukushima va adoptando rasgos cada vez más parecidos, en términos formales, a los del vertido de crudo del año pasado en el Golfo de México. Sus consecuencias económicas también habrán de ser comparables, aunque seguramente muy superiores en importancia. Una empresa – BP en el vertido del Golfo, Tepco en la crisis japonesa – forcejea durante semanas para impedir que el desastre vaya a mayores, y luego tiene que hacerse cargo del arreglo de los desperfectos y el pago de las indemnizaciones, con resultado de pérdidas milmillonarias. A continuación, las empresas del ramo toman nota e incorporan esas pérdidas – o mejor, los gastos en seguridad necesarios para evitar que las pérdidas se produzcan – a sus propias previsiones de coste. El precio del producto se dispara.

A día de hoy, una estimación preliminar de lo que la Tokyo Electric Power Company (Tepco) está gastando en frenar el deterioro de la situación, más lo que tendrá que gastar en la reconstrucción de los reactores, la descontaminación de la tierra circundante y el pago de indemnizaciones, cifra el coste pecuniario del accidente nuclear en 25.000 millones de dólares, ó 18.000 millones de euros. Esta factura no incluye los daños no cuantificables, como la contaminación radiactiva de la atmósfera y de las aguas marinas y sus efectos sobre la flora y la fauna tanto locales como globales. Con todo, la factura final crece con cada nuevo contratiempo: los expertos creen que en un escenario pesimista podría llegar a 33.000 millones de euros, y ya empieza a ser una estimación conservadora.

El valor de Tepco en libros asciende a 22.500 millones de euros. Si se contabilizara la pérdida extraordinaria, incluso en el escenario optimista, Tepco estaría en quiebra técnica. Como consecuencia de esta previsión, las acciones de Tepco han perdido un 60% de su valor en la Bolsa de Tokio desde que fuera conocido el accidente nuclear; únicamente el lucrativo cuasi-monopolio que detenta del suministro eléctrico a la capital nipona ha evitado un desastre mayor. Con el fin de evitar el colapso financiero de la compañía, un consorcio bancario, liderado por Sumitomo Mitsui, el primer banco japonés, pero que también incluye a Mitsubishi UFJ y Mizuho, segundo y tercero en tamaño, ha ofrecido a Tepco un préstamo de emergencia por importe de dos billones de yenes, para cubrir los gastos estimados hasta la fecha, aunque están dispuestos a llegar a los casi cuatro billones de yenes estimados para el escenario pesimista. Según rumores, cuando la crisis de los mercados asiáticos, en 1997, Tepco tuvo una intervención decisiva para salvar a Sumitomo Mitsui de la bancarrota y, catorce años después, el banco está dispuesto a todo con tal de devolver el favor recibido entonces. La deuda sería de honor, toda vez que Tepco no pertenece al keiretsu de Sumitomo ni al de Mitsui, sino al rival de Dai-Ichi Kangyo, cuyo banco es Mizuho, integrante del consorcio pero en una discreta segunda fila. El valor de Sumitomo Mitsui es de unos 65.000 millones de euros: no podrá sostener la escalada de pérdidas de Tepco indefinidamente. Esto da una idea, mejor que ninguna otra, de las dimensiones financieras de la catástrofe.

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@purgatecon

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