El Fondo Monetario Europeo
El ministro alemán de Economía, Wolfgang Schäuble, en una entrevista para el dominical Welt am Sonntag, decía anteayer que su gobierno está preparando un plan para poner en marcha un Fondo Monetario Europeo que ayude a la eurozona a tratar las crisis de deuda, como en la que está envuelta Grecia y podrían verse envueltos otros países. Frente a las voces que están reclamando la intervención del Fondo Monetario Internacional en el problema, Alemania prefiere “lavar los trapos sucios en casa”, sobre todo para evitar que la eventual crisis de deuda de algún país pueda minar la confianza de los mercados en el euro. (El FMI ya ha venido al rescate de países de la Unión Europea que no son miembros de la zona euro, con efectos desastrosos en el nivel de actividad y el empleo; Letonia, por ejemplo, gracias a la estabilización exigida en contrapartida, ahora tiene la mayor tasa de desempleo de Europa: superior, sí, a la de España).
La idea de sus promotores es que el Fondo Monetario Europeo debería prestar ayuda “en combinación con condiciones estrictas”. Sabemos lo que esto significa en la jerga de la ortodoxia financiera: reducción del gasto público hasta donde sea preciso para retornar en poco tiempo a los requisitos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (máximo de déficit público = 3% del PIB), flexibilización del mercado laboral y liberalización acelerada de toda la economía (por ejemplo, en materia de precios de la energía eléctrica).
No sabemos cuán avanzados se encuentran los planes alemanes respecto del Fondo. De momento, ya han ganado el apoyo del comisario europeo para Asuntos Monetarios, el finlandés Olli Rehn, quien ha revelado que se está trabajando en el tema, además de con Alemania, con Francia “y otros miembros de la eurozona”. (No se sabe si entre éstos se encuentra España). Sarkozy no quiere dar a entender que se ha enterado de qué va la cosa, ya que sigue con el ya viejo discurso de prometer ayuda a Grecia si la necesita. La oposición socialdemócrata germana cree sí se ha enterado, y su reacción ha consistido en afirmar que eso es exactamente lo que estaban pidiendo. El gobernador del Banco central de Grecia se ha apresurado a decir ellos no necesitarán la ayuda del Fondo (naturalmente, por la cuenta que les tiene).
Paradojas de la vida, cuando se mire hacia atrás y se evalúe la presidencia española de la EU en el primer semestre de 2010, no se la recordará – como querría el gobierno – por haber consolidado la Europa del Tratado de Lisboa, de la que ya nadie se acuerda, ni por haber dado un giro progresista al tratamiento de la crisis económica. Se la recordará por haberse gestado en ella el instrumento de tortura de sociedades más refinado que ha podido concebir el pensamiento económico.
Pero eso es lo que toca en el purgatorio, ¿no? Bueno, un purgatorio, en realidad, que está a un paso del infierno.
Etiquetas: Fondo Monetario Europeo, macroeconomía, Unión Europea
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