lunes, 24 de mayo de 2010

El recorte del gobierno Cameron-Clegg

El gobierno británico acaba de anunciar su plan de ajuste: ahorros por importe de 6.000 millones de libras esterlinas, que llevarán aparejado el despido de 300.000 empleados públicos. Aparentemente todos los gobiernos europeos se enrumban por el mismo camino. Aquí somos afortunados: sólo una rebaja del 5 por ciento en los sueldos de los funcionarios, congelación de las pensiones y reducción de la inversión pública. Los mercados comparan y se dicen: “España sigue sin hacerlo todo lo bien que podría”. A estas horas, las Bolsas caen, y sobre todo lo hace la española: casi un 2 por ciento.

Las apariencias engañan: todos por el mismo camino, pero en modo alguno iguales. El Reino Unido no está en el euro; sigue en la libra esterlina. El Banco de Inglaterra, que retiene sus competencias – a diferencia del Banco de España, por ejemplo, que ha perdido las suyas frente al Banco Central Europeo –, ha monetizado gran parte de su deuda pública, que es lo que debería estar haciendo desde hace meses el BCE. Pero el Reino Unido tiene una peculiaridad de la que carece la zona euro, en especial España. La City londinense es, todavía, un centro financiero de primera magnitud en el mundo. Ingentes ingresos del país dependen de los negocios que los mercados globales canalizan a través de ese centro. Esa especialización requiere una libra fuerte, y de ahí la urgencia del gobierno británico por estabilizar las finanzas públicas.

Tremendo drama el de la alianza liberal-conservadora en el Reino Unido. David Cameron, guapo y poco inteligente, pero convencido de su suerte, ha decidido sacrificar al país para salvar a la City, seguro de que de eso se derivará un bien a largo plazo para Britania. Nick Clegg, más inteligente que Cameron y casi tan atractivo, tiene sin embargo mala suerte. ¡Pobre Clegg! Le han pillado – como se decía en mi infancia - cagando. Habría querido aprovechar la crisis para pastorear a los británicos hacia el euro pero… ¡ay! El euro está hecho unos zorros y ahora él terminará hundiendo en la miseria a su país para fortalecer la libra.

Hasta el Fondo Monetario Internacional tendría que preocuparse de lo que se nos está preparando. No creo que lo haga, sin embargo. ¿Saben por qué? La arrogante Europa ya no es lo que era. El resto del mundo empieza a divertirse con nuestras tribulaciones, y puede que todo esto termine sirviendo de espectáculo. Hasta China podría estar interesada en aportar ayuda para erradicar el hambre que se avecina en las calles europeas.

¡Dios, qué desastre!

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@purgatecon

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