miércoles, 9 de febrero de 2011

El problema Zapatero

La crisis de la deuda sigue dando vueltas de tuerca, aunque el gobierno pretenda ignorarlo. Ayer mismo, el diferencial del bono español con el alemán superó de nuevo los 200 puntos básicos. Pero no es sólo la deuda soberana; también es la bancaria. El Banco Santander emitió hace un mes bonos a cinco años y tuvo que pagar un diferencial de 287 puntos básicos, tres veces más que hace un año; un día antes, BBVA emitió pagarés a tres años y tuvo que pagar 310 puntos de diferencial. A efectos de comparación, el mayor banco italiano, Unicredit, emitió hace una semana deuda a doce años con un diferencial de 210 puntos, y el segundo de ese país, Intesa Sanpaolo SpA, hace tres semanas pagó 208 puntos. En resumen, nuestros mejores bancos pagan un diferencial casi un 50 por 100 mayor que los mejores italianos, lo que empeora la competitividad internacional de aquéllos. No hablo ya de los franceses o los alemanes.

Mientras, el gobierno sigue dándose homenajes a cuenta del acuerdo económico y social. Zapatero nos instruye diciendo que ese acuerdo significa que hay en nuestro país una conciencia colectiva de afrontar con seriedad los problemas, y que ese mensaje llega tanto a la sociedad como a los mercados. No tiene ni idea. Se cree que a los mercados se les puede manipular como a la opinión pública. En política cuando alguien quiere A, se le puede dar largas mientras que se le ofrece B (algo que no quería pero tampoco le parece mal), y retener así su voto; los mercados, si quieren A, no sirve de nada darles B, C, D, E o lo que se quiera. Si los mercados quieren una cosa, hay que darles eso y no ninguna otra cosa; en caso contrario, sería mejor no haberlos necesitado. Y lo que los mercados quieren ahora es ver disminuir los riesgos de la banca española, porque si la banca suspende pagos, tendrá el gobierno que salir fiador; y está menos para fiar que para que le fíen. Cuando se ve aumentar el número de parados, como la semana pasada, lo que los mercados piensan es que más familias dejarán de pagar la hipoteca y los riesgos de la banca, en vez de disminuir, aumentarán, cuando, por otra parte, la estimación de necesidades de capitalización de la banca por importe de 20.000 millones, hecha por el gobierno, parece francamente insuficiente. De nada sirve ofrecer a los mercados una reforma de las pensiones que habría hecho falta dentro de treinta años. Esto, más que el compromiso del gobierno y todas esas zarandajas de la conciencia colectiva, lo que demuestra es su deseo de evadirse de los problemas reales.

Cada uno puede tener los mercados la opinión que le dé la gana, pero es muy peligroso mantener una actitud inadecuada frente a ellos, en román paladino, pretender engañarlos. Nada se arreglará más tarde, cuando rehúsen dejarse engañar, llamándoles “especuladores”. Este concepto, que es crucial, no lo tiene nada claro Zapatero. Y eso empieza a ser un serio problema para España.

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@purgatecon

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