martes, 15 de diciembre de 2009

Ningún almuerzo es gratis, ¿que no?

Seguramente, un nuevo blog sobre temas económicos es perfectamente prescindible. Escribo porque me gusta, no porque aspire a salvar al mundo.

Desde que la crisis se declaró, en agosto de 2007, he escrito no menos de veinte artículos, todos tan prescindibles como este blog, que he enviado solícitamente durante meses a periódicos de tirada nacional como "El País" y "Público"; confieso que los habría enviado con igual de gusto a "ABC", "La Razón" o "El Mundo", pero mis espectativas de que los tomaran en consideración eran (y son) exactamente cero. "Público" se dignó a incluir entre sus páginas uno solo. Es todo, y sospecho que ni eso habría logrado de no ser por la intervención de mi amigo Rodolfo Benito. Debo ser bastante torpe redactando. O bien escribo insensateces. El lector que se arriesgue a comprobarlo juzgará por sí mismo.

También caben otras dos interpretaciones. La primera es que los medios son extraordinariamente celosos en administrar la fama que su toque mágico otorga. Es como si dijeran: si tu pluma no tiene nombre, ¿por qué habríamos de hacerte famoso nosotros? Tienen razón. La segunda es que los medios dependen de su propia opinión de lo que es políticamente correcto, o políticamente oportuno, que naturalmente es distinto para cada uno de ellos. Según lo he ido aprendiendo, he empezado a autocensurarme para conformar los textos a mi propia visión de lo que para ellos es políticamente correcto u oportuno. Para volverse loco.

Finalmente, he decidido dejar de perder el tiempo y hacérselo perder a los directores de opinión de esos medios amigos, y optado por publicar aquí, donde no dependo de nadie salvo de mí mismo, las cosas que se me vayan ocurriendo. Como complemento, tengo pensado incluir en este blog, en alguna sección de archivo. todos o la mayoría de los artículos que envié a los medios citados. Un poco tarde, ciertamente. Pero confío en que la experiencia me sirva de lección, y quizá el lector interesado aprenda algo, aunque sólo sea lo que no debe pensar.

Una breve explicación sobre el título. "Ningún almuerzo es gratis" es, con toda probabilidad, la única ley exacta de la economía. Ya sé que algunos almuerzos nos parecen gratuitos, sobre todo, si alguien nos invita. Pero no se dejen engañar: siempre se paga por todo, de una forma u otra.

@purgatecon